Las criptomonedas han revolucionado los sistemas financieros tradicionales, con el propósito de construir un entorno más justo y equitativo para todos. Esta revolución también afecta a la seguridad y la propiedad, marcada por la descentralización que define al sector cripto.
La custodia cripto engloba soluciones de gestión de activos digitales diseñadas para almacenar grandes cantidades de monedas digitales con máxima seguridad. De manera similar a cómo los bancos protegen los activos tradicionales, los servicios de custodia de cripto salvaguardan los activos digitales frente a robos y accesos no autorizados.
La custodia cripto implica almacenar y gestionar los activos digitales de forma segura, protegiendo las claves privadas, que son el componente esencial de cualquier wallet de criptomonedas. Estas combinaciones complejas de caracteres funcionan como contraseñas cifradas y permiten acceder a los fondos de cada usuario.
Al proteger las claves privadas, existen dos grandes alternativas: soluciones de almacenamiento en caliente y almacenamiento en frío.
Las soluciones de almacenamiento en caliente incluyen opciones de autocustodia conectadas a internet, que ofrecen liquidez inmediata. Estas carteras de software permiten un acceso ágil y directo a los fondos cripto y pueden vincularse con plataformas de trading y aplicaciones descentralizadas (DApps).
Las soluciones de almacenamiento en frío comprenden hardware wallets y carteras en papel que mantienen las claves privadas fuera de línea, aportando una capa extra de protección contra amenazas online. Las transacciones desde almacenamiento en frío se firman localmente y el riesgo de hackeo se reduce notablemente.
La custodia cripto actúa como barrera frente a amenazas de seguridad y fomenta la confianza en el ecosistema digital. Es esencial para particulares e instituciones que deseen proteger sus activos digitales. La descentralización de las criptomonedas implica que tú eres el único responsable de proteger las claves privadas necesarias para acceder y transferir fondos.
Además de los desafíos de ciberseguridad, la protección de criptomonedas exige resguardar los activos frente a riesgos físicos como incendios, inundaciones y robos. Dado el valor potencial de los activos digitales, perder el acceso puede suponer un grave perjuicio económico.
La autocustodia permite tener el control total sobre tus criptomonedas, gestionando personalmente las claves privadas. Su principal virtud es la autonomía absoluta, sin depender de terceros.
La custodia parcial, también llamada “custodia compartida”, es un modelo intermedio entre la autocustodia y la custodia delegada. En este sistema, tanto el usuario como el custodio tienen acceso a las claves privadas, lo que facilita la recuperación de activos a través del custodio y añade una capa de seguridad frente a la posible pérdida de claves.
En la custodia por terceros, los proveedores de servicios gestionan el almacenamiento de los activos digitales en nombre de los usuarios. Esta opción es óptima para la custodia institucional y ofrece seguridad avanzada, seguros y flexibilidad.
Si valoras la custodia parcial o por terceros, es imprescindible analizar a fondo las alternativas para garantizar la máxima seguridad. Los puntos fundamentales son:
Verifica que el servicio de custodia utilice protocolos y sistemas actualizados para defenderse de las amenazas cambiantes del sector cripto.
Un custodio fiable debe ser transparente respecto a las medidas implementadas para proteger tanto a los usuarios como sus fondos.
Seleccionar la solución de custodia cripto idónea es clave para proteger tus activos digitales y conservar el control sobre tu inversión. Ya sea autocustodia, custodia parcial o custodia por terceros, conviene valorar factores como la seguridad, la accesibilidad y tus necesidades personales. Con la constante evolución del sector cripto, mantenerse informado sobre las opciones de custodia y las mejores prácticas seguirá siendo esencial para cualquier participante en el ecosistema de activos digitales.
Si los bancos custodian tus criptomonedas, almacenan y gestionan tus activos digitales en tu nombre, aportando seguridad institucional y cumplimiento normativo. Así puedes acceder a servicios bancarios tradicionales para tus fondos cripto.
El coste varía, y suele oscilar entre el 0,1 % y el 1 % de los activos al año. Las tarifas dependen del tipo de activo, el nivel de protección y los servicios incluidos.
Entre los riesgos principales están los hackeos, el robo interno, los cambios regulatorios y los fallos técnicos. Es fundamental contar con medidas de seguridad y seguros para mitigar estos riesgos.
Para custodiar tus criptomonedas, utiliza una hardware wallet o una cartera de software segura. Transfiere los fondos desde exchanges a tu cartera personal. Conserva tus claves privadas y guarda de forma segura la copia de la frase semilla.
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