En el entorno blockchain, los activos se clasifican en dos grandes grupos: Fungible Tokens (FT) y Non-Fungible Tokens (NFT). Ambos se emiten en la cadena, son rastreables y presentan escasez digital. Sin embargo, sus aplicaciones, características económicas y valoraciones de mercado son esencialmente distintas. Entender la diferencia entre tokens fungibles y no fungibles resulta imprescindible para quienes se incorporan al ecosistema Web3.
Los Fungible Tokens fueron el primer tipo de activo que apareció en las blockchains. Bitcoin y Ethereum son ambos FT. Sus cualidades principales son la intercambiabilidad, la divisibilidad y el valor uniforme: un Bitcoin equivale exactamente a cualquier otro, lo que los convierte en instrumentos óptimos para el intercambio de valor.
Los usos habituales de los FT en blockchain incluyen:
Por su alta liquidez y uniformidad, los FT son el principal vehículo de valor en la economía cripto.
La característica esencial de los Non-Fungible Tokens (NFT) es que no son intercambiables. Cada NFT incorpora metadatos únicos, identificadores, atributos y registros de propiedad, lo que confiere singularidad a cada uno.
Los NFT se utilizan en diversos sectores:
El valor de los NFT no reside en la intercambiabilidad, sino en la escasez, la relevancia cultural y el consenso de la comunidad.
Los Fungible Tokens obtienen su valor principalmente de factores económicos como la oferta y demanda, los efectos de red y el uso en cadena. Los NFT, por su parte, se valoran según la rareza, las cualidades artísticas, la influencia del creador, el tamaño de la comunidad y el sentimiento del mercado.
En resumen: los FT se centran en el valor económico, por lo que resultan adecuados para inversión y trading. Los NFT se orientan más al valor cultural, actuando como coleccionables y elementos de identidad.
Ambos tipos de activos experimentan fluctuaciones de precio, pero los factores que las impulsan son radicalmente distintos.

Imagen: https://www.gate.com/trade/ETH_USDT
A finales de 2025, el mercado de criptomonedas volvió a mostrar una fuerte volatilidad. El precio de Bitcoin corrigió hasta cerca de 90 000 dólares por presiones macroeconómicas, mientras Ethereum se mantuvo estable en el rango de 3 190 a 3 200 dólares. La evolución de estos FT de referencia sigue marcando el ritmo del apetito de riesgo en el mercado global.
En el mercado NFT, la euforia general ha descendido desde el máximo de 2021, aunque los activos principales se mantienen sólidos. Por ejemplo, el precio mínimo de CryptoPunks se ha movido entre 28 y 30 ETH, lo que indica que los NFT blue-chip siguen gozando de reconocimiento en el mercado.
Estas tendencias evidencian un avance clave: las estructuras de precios de FT y NFT se están consolidando, y cada sector forma sus propios estratos de mercado.
Bitcoin es la "reserva de valor" entre los activos digitales, mientras que NFT como CryptoPunks son "iconos culturales" en el universo de los coleccionables digitales.
Los precios de los FT responden a la volatilidad del mercado y a factores macroeconómicos como la política de tipos de interés y la demanda institucional. Los precios de los NFT dependen del sentimiento cultural, el mercado de coleccionables, las alianzas de marca y el desarrollo de proyectos liderados por artistas.
Esta diferencia marca la lógica de inversión esencialmente distinta entre tokens fungibles y no fungibles.
Invertir en FT se asemeja a la gestión financiera tradicional: análisis de tendencias, estructura de mercado, volumen negociado y métricas de sentimiento. La inversión en NFT se aproxima más al mercado de coleccionables y exige atención a:
Los FT están expuestos principalmente al riesgo de volatilidad, mientras los NFT afrontan limitaciones de liquidez y mecanismos de valoración inestables.
El inversor debe definir su objetivo: Para estabilidad, elegir FT; para expresión cultural o explorar la identidad Web3, optar por NFT.
Fungible Tokens y NFT no compiten entre sí, sino que se complementan. Los FT sustentan la infraestructura financiera y el motor económico, mientras los NFT impulsan el valor creativo y los ecosistemas culturales. Comprender la estructura de los tokens fungibles y no fungibles permite a los inversores posicionarse con solidez en el futuro de blockchain.





